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¿Riego o Fertirrigación? 3 Claves para un cultivo eficiente

Las 3 claves para elegir la mejor estrategias para alimentar a tus plantas según la disponibilidad, composición y estado.

La nutrición en los seres vivos se entiende como el proceso por el cual se aprovechan las sustancias necesarias de los alimentos para un correcto funcionamiento. Lo mismo ocurre en las plantas, pero ¿cuáles exactamente son los alimentos que precisan las plantas? El siguiente gráfico nos muestra una clara indicación de la respuesta.

grafico

Como se puede apreciar entre los elementos constituyentes de la planta el 85 % de su peso está constituido por agua, otra parte importante son los contenidos en carbono, hidrógeno y oxígeno, elementos presentes en la atmósfera, y solo una pequeña parte son los elementos minerales, nitrógeno, fósforo, potasio, calcio… elementos que la planta toma en su práctica totalidad disueltos en agua.Otro argumento que refuerza la evidencia de la importancia del agua en la nutrición de nuestros cultivos es la traspiración, y de hecho hay un índice que relaciona la cantidad de agua que la planta necesita traspirar para producir un kg de materia seca. El rango de este índice es muy amplio y son valores normales 700 a 15 kg de agua por cada Kg de materia seca producido.

¿Riego, Fertirrigación o Ambos?

Si unimos estos conceptos: agua como principal elemento constituyente de la planta, la traspiración y la necesidad de que los elementos minerales estén presentes en la disolución del suelo para que la planta los pueda tomar, tenemos que considerar el suministro de agua a nuestros cultivos como fundamental en nuestra estrategia de fertilización y comprender que el término fertirriego no se refiere solo a la aplicación de fertilizantes a través del riego localizado como vehículo, sino a la propia importancia del agua como “nutriente”, por lo que debemos de prestarle la máxima atención y proceder con los tratamientos adecuados desde que el agua llega a nuestra explotación hasta que la situemos en la zona radicular.

Puntos clave a considerar del Agua:

Disponibilidad:

Cantidad suficiente durante todo el cultivo y homogeneidad de las fuentes.

Composición química:

La cantidad total de sales disueltas nos da una idea de la viabilidad de su uso en el riego de nuestros cultivos, pero es imprescindible conocer la composición exacta para ajustar la solución nutritiva final y proveer posibles toxicidades por alta concentración de algún elemento no deseado.

Estado sanitario:

Además de servir de trasporte para los nutrientes, en el agua de riego puede incorporar algún patógeno, organismos vivos y elementos en suspensión que pueden provocar alguna enfermedad o limitar la normal distribución del agua por obturación de los emisores.

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